viernes, 5 de noviembre de 2010

Madriz y la razón


En éste caso, me refiero a la facultad del Ayuntamiento de Madriz de pensar o discurrir... salvo que se trate de tener "una corazonada", claro.

El Ayuntamiento de Madriz padece, quizá por su propia multicefalia ministerialoide , una especie de cefalopatía espongiforme bobina (de bobos, claro) que le impide mostrar signos de inteligencia (ni siquiera artificial). No se sabe muy bien cuál pudiera ser la causa por la que el uso de la razón está ausente, de forma institucionalizada, en las "actuaciones" públicas del Ayuntamiento madrileño, con lo cual causa aún más extrañeza, si cabe, ése afán en titularlo como "Excelentísimo".

Mantener durante varios años una tapa de alcantarilla colocada del revés en las calzadas, con la nervadura hacia arriba para derribar las bicicletas y motos que osen pasar por encima, es un acto no susceptible de ser razonado... salvo por algún experto del Ayuntamiento, que de forma indefectible optará por responsabilizar de la torpeza a "otro departamento", a alguna célula -por supuesto- ajena a él.


El ciudadano puede romperse la crisma tropezando en una de las múltiples baldosas levantadas o ausentes en las aceras, o metiendo el pié en uno de los variados baches de diseño. Para evitarlo, debe acudir a la junta vecinal a denunciar el mal estado de algo que están viendo a diario los cientos de agentes de policía municipal y movilidad que asolan los presupuestos municipales, pero que ninguno de ellos se molesta en notificar, dada su conocida dedicación a menesteres más sofisticados.



Intentar hallar la razón para que en plena Plaza Mayor de Madriz, sobre la casa de la Panadería, y en el torreón parejo al del reloj (funcionando éste perfecto, sonería incluida) el barómetro allí existente anuncie invariablemente desde hace ya más de 12 años "Buen tiempo", incluida la plaza cubierta de nieve o bajo una intensa tormenta, es una tarea estéril.  Incluso lo más probable es que nadie en el Ayuntamiento lo sepa.


Recientemente, el Ayuntamiento ha instalado junto a las paradas de la EMT, unos postes con pantalla en los que mediante un sofisticado sistema cibernético y satelital, el Ayuntamiento gestiona el posicionamiento de los autobuses por GPS e informa al viajero del tiempo de espera para la llegada de su autobús. 
Es común que el panel indique al viajero que ya puede subir a un autobús que no está ni se le vé, o que esté indicando que para que llegue el autobús que ya está en la parada, faltan "sólo" 12 minutos. Sin duda el sistema debe tener su truco, así que deberemos estar atentos a que alguien nos lo explique.

El Negociado de Complicarle la Vida al Ciudadano quizá sea, con alta probabilidad, el que mejor funciona en la Villa. Una de las mejores "actuaciones" (palabra que encanta a los ediles) es la de jugar al despiste con el ciudadano para que no sea capaz de saber dónde se encuentra. Si un imprudente desea pasear por la ciudad, comprobará que al llegar a los cruces de calles, todas aquellas esquinas que correspondan a casas de nueva construcción, o cuya fachada haya sido rehabilitada recientemente, carecen de rótulos con el nombre de las calles. Así es posible recorrer incluso más de un kilómetro en algunas zonas de Madriz sin poder ver un sólo letrero, y sea incapaz de saber donde se encuentra. Eso si: pudiendo conectarse a internet con las "wifi" de kioscos de prensa y castañeras.

Bien es cierto que, algunas veces hacen intentos para resarcir al ciudadano, llegando a colocar incluso dos rótulos juntos. 








Y alguna vez se repone algún letrero, aunque tal hazaña -como puede apreciarse- cree severos problemas mentales tanto al ingeniero-ojeador-pensador como en el currito que debe poner el rótulo. 


En fin...

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